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Agüero asaltó Anfield y el Atlético le tiene tomada la medida al mítico campo del Liverpool. Si la campaña pasada el equipo rojiblanco sacó un gran empate en Champions, con penalti polémico a Gerrard en el último segundo, ayer los de Abel lograron una victoria que les dará una gran moral de cara a la previa de la Liga de Campeones. Nadie en el Atlético se tomó el choque como si fuera un amistoso y los madrileños enseñaron su mejor cara de la pretemporada, serios en defensa y mortales en ataque.
El mejor fue Agüero, sucesor del Niño en el trono de los ídolos rojiblancos. Con Kun y Forlán en su mejor versión y los demás en un tono notable, el Panathinaikos tiene motivos para estar preocupado. Al Atleti le van los grandes retos y entrar en Champions lo es. Los de Abel parecen que están preparados para superar el obstáculo.
Poco después protagonizó una de las jugadas del partido al dejar en evidencia a Mikel San José en carrera plantándose solo delante de Reina, que evitó el 0-2. Y si Kun disfrutaba de lo lindo porque cada vez que cogía el balón Anfield callaba, también lo hizo Forlán, a quien el público pitó en cada acción. Hizo el segundo gol atlético en un lanzamiento a la escuadra desde la frontal. La grada aplaudió. No podía ser de otra manera. Agüero y Forlán, los herederos del Niño, apuntillaban a un Liverpool que no encontraba manera de hacerle daño a la zaga rojiblanca.
El mejor fue Agüero, sucesor del Niño en el trono de los ídolos rojiblancos. Con Kun y Forlán en su mejor versión y los demás en un tono notable, el Panathinaikos tiene motivos para estar preocupado. Al Atleti le van los grandes retos y entrar en Champions lo es. Los de Abel parecen que están preparados para superar el obstáculo.
Poco después protagonizó una de las jugadas del partido al dejar en evidencia a Mikel San José en carrera plantándose solo delante de Reina, que evitó el 0-2. Y si Kun disfrutaba de lo lindo porque cada vez que cogía el balón Anfield callaba, también lo hizo Forlán, a quien el público pitó en cada acción. Hizo el segundo gol atlético en un lanzamiento a la escuadra desde la frontal. La grada aplaudió. No podía ser de otra manera. Agüero y Forlán, los herederos del Niño, apuntillaban a un Liverpool que no encontraba manera de hacerle daño a la zaga rojiblanca.
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